Te vi flamear allá
en lo alto. Sostenida de un mástil sin sentimientos. Agitada por el viento,
pero nunca desgarrada. Con movimientos aleatorios, como una palma que saluda al
pasar.
Te vi flamear
en las tribunas desatando las pasiones, haciendo de las personas un montón de
sentimientos encontrados.
Te vi ser usada
para reclamar salarios, para cortar rutas, para pedir justicia. Te tomaron los
de derecha y los de izquierda, los de arriba y los de abajo, los que más tienen
y los que quisieran tener, y a nadie soltaste, a nadie rechazaste. Porque sabes
que son parte tuya, que ellos sin vos no son nadie, pero vos sin ellos serias
un trapo de color sin sentido.
Te vi y te sigo
mirando porque me inspiras esperanza. Porque unís el cielo con la tierra
dándole sentido a la vida. Y no solo te festejamos en cada fecha patria sino
cada día al sentir los pies sobre este suelo y mirarte en el cielo. Porque no
tiene sentido subirte a lo alto de un mástil, en la aurora cada día, si no
vamos a hacer de esta tierra una casa para todos. Y es que cuando te levantamos
prometemos levantar al caído y al que sufre. Cuando te defendemos queremos
hacerlo con aquellos más débiles que no tienen quien los cuide. Cuando te
nombramos lo hacemos por los que no tienen voz y están en el olvido. Cuando te
cantamos queremos alegrarle la vida a todos los que el sufrimiento ha oprimido
el corazón.
Yo te vi
bandera mía involucrarte en cada momento de la historia. Y espero que vos diga
lo mismo de nosotros un día.
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